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El otro, amenaza constante

Texto: César Alberto Aristizábal

Ilustración: Santiago Pérez (Orión)

“…hace quince días era una muchacha de pelo largo, muy bonita. venía con libros en la mano y cantando algo, caminaba al suelo y sonreía, y yo me acerqué un poco más al papelillo que cubre esta malla, para mirar más de cerca a la muchacha Sonriente, entonces fue cuando el papelillo crujió de un modo horrible,  y la muchacha saltó su vista hacia acá, Yo no sé que tendrá mi cara, o si algo le ha pasado a ella desde  que no la veo en un espejo, el hecho es que la muchacha miró y abrió mucho los ojos y tal vez hasta haya alcanzado a gritar algo cuando yo me escurrí más allá del papelillo, sudando frío, calculando el tiempo máximo en el cual la muchacha hubiera reemprendido  su camino. conté hasta cien, y cuando levanté la cabeza para mirar a través del papelillo y la reja, pensé que había contado muy poco, que la muchacha todavía no se había alejado, temeroso como un animal apresado, subí los ojos más arriba del marco, pero ella ya no estaba…”

Andrés Caicedo, Yo por eso regreso a mi ciudad (1969)

Todo cambió, para que todo continuara siendo igual. Estos días compartiendo el mundo con un nuevo virus han sido intensos, en algunos casos densos, pasmosos, angustiantes y mil calificativos más. Lo cierto es que después de seis (6) meses las cifras arrojan lo siguiente: el mundo se acerca a los diez (10) millones de contagiados, diagnosticados; hay más de medio millon de muertes; y una incertidumbre creciente; puesto que algunos países que se habían declarado libres del virus están nuevamente reportando casos, a los cuales han llamado rebrote; y la economía parece que no repunta en ninguna de las latitudes.

 

Lo anterior nos llama a reflexionar sobre el impacto que esto ha tenido en nosotros. Algunos pudimos refugiarnos en nuestros hogares, de esos voy a ir contando en el transcurso de este texto. Otros por el contrario siguieron su vida, casi igual, aunque sin el esparcimiento que ofrecian los lugares de reunión; como bares, restaurantes, centro comerciales, estos últimos quedarán en la historia colombiana por un día sin IVA que planeó el gobierno, justo cuando más se estaban aumentando los contagios.  Es allí donde está el verdadero punto de quiebre, las personas siguieron sosteniendo el aparato de producción desde sus dormitorios, pero ya no tenían espacios para socializar, de ejercer su necesidad de consumo de forma física.

 

Es claro que una de las críticas que se hacían a la tecnología, antes de la pandemia, era el tiempo que le dedicabamos. Algunos estudios arrojaban para 2019 un uso mayor a las 12 horas diarias en el 45% de los usuarios menores de 45 años. Muchos incluso debían iniciar terapias psicologicas para poder disminuir la interacción con el celular, en ese momento la pantalla era enemiga. Se hicieron populares aquellos sitios que prohibian el uso de aparatos electrónicos y de comunicación: puesto que alejaban a las personas, no permitía que se miraran a los ojos, que sintieran el olor del otro, ver de cerca los plieges de su rostro, vivir la experiencia, que es lo que nos ofrecia el mundo exterior. Ahora lo entendemos, no comprabamos la cerveza, estabamos allí para contar las mismas historias de siempre y creer que la charla era novedosa. ¡Cómo se extraña a los amigos!

 

Tanta lucha para terminar refugiados en la pantalla, pues es inocua (mientras estemos en casa) y su forma tersa nos muestra un mundo que ya no podemos tocar, pero que añoramos. Hemos sobreanalizado el mundo, nos volvimos unos estadistas y esto se ve en las conversaciones que sostenemos con todo el que nos preste un poco te atención.

Extraído de un grupo de WhatsApp entre Vito y Orejis:

 

Vito: Debería ir al trabajo, eso manda un mensaje de solidaridad a los de primera línea. Usted se queja, pero no ha tenido que salir.

Vito: El tonton se ha cuidado, pero donde lo dejaran aullar en algún sucio bar o café allá estaría zampado.

Orejis: A mi trabajar no me gusta y menos en pandemia.

Orejis: Sobre todo si podemos trabajar a distancia y no pasa nada malo.

Orejis: Otra cosa es tener que ir a trabajar porque toca la presencialidad.

Orejis: Efectivamente... por eso el cuerpo de bomberos es “voluntario”y “emérito “...

Orejis: La anterior es una frase del profe Chofer cuando le cuento que nuestra coalición fracasó porque las profes quieren ir a trabajar desesperadas ya con los maridos en las casas.

Orejis: Cómo estarán de aburridas con los maridos en las casas.

Vito: No jodas, ¿falló la tercera internacional?

Vito: Yo tenía fe en ese movimiento.

Orejis: Pudo el aburrimiento de ver a los maridos.

Orejis: Sin arreglarse.

Orejis: Sin ánimos de liar.

Orejis: Sin ayudar.

Orejis: Prefieren torear el virus.

Orejis: Así me dijo, que estaba aburrida de cocinar; que apenas pueda vuelve a trabajar y que el man almuerce en la casa de la mamá.

Orejis: Los matrimonios tambaleando.

Vito: jajajajajajaja.

Vito: Pues me imagino que el marido piensa lo mismo, apenas ella se vaya a trabajar, va a hacer fiesta en la casa.

Orejis: Que cosas, Llave.

Orejis: De esta pandemia pasarán décadas analizando todos los factores que afectó.

Vito: Los medios serán de los que, por cuestiones éticas, pasarán por muchos trabajos de análisis.

Vito: Las tesis que se pueden hacer ahora son infinitas.

Orejis: Impresionante.

Orejis: Y de educación dónde me las deja Jajajaja.

Vito: Humm, esa también. La precariedad de los sistemas de salud, la fragilidad de la sociedad. En fin.

Orejis: Yo ya tengo el título de mi novela que nunca escribiré:

Cuatro payasos ilustres para una pandemia.

Vito: El amor pandémico, todos creyéndonos héroes, victimizándonos.

Vito: 😅😅😅😅 cuatro payasos eunucos para una pandemia.

Orejis: Mejor Jajajaja.

Orejis: Jajajaja

Jajajajaja.

Vito: Muy buen argumento, sería una novela sobre nada y los críticos minimalistas dirán: #que profundo, #que sensibilidad.

Orejis: Y nos dirán los nuevos Sartre.

Vito: Ay si, ay si yo sobreviví a una pandemia, le puse el pecho a la brisa, mire al desastre de frente y no me le arrugué. Cualquiera de nosotros en 15 años.

Orejis: Jajajajajaja dando cátedra de cómo desde el inicio afrontamos con toda la claridad y que nunca se perdió el horizonte y antes tocó cargar el peso de ayudar a los familiares y amigos a no romperse Jajajajaja.

***

 

Para inicios de año se calculó que WhatsApp ya contaba con 2000 millones de usuarios, sólo superado por Facebook, su actual dueño. La aplicación está distribuida por todo el mundo y para sorpresa de muchos ha sido lider en ayudar a disminuir las brechas educativas. Allí se han refugiado muchos estudiantes sin recursos que ven en esa aplicación la única forma de no desertar.  Aún no es claro si se puede volver al aula, sobre todo por la falta de espacios adecuados, y por otro, ante la imposibilidad de garantizar a los padres que sus hijos no se van a contraer Covid 19. Pero no están mirando todas las aristas de este tema. Por ejemplo: ¿cuál va ser el daño a nivel psicológico y físico de estos jóvenes (ni hablar de los niños) aislados en la mayoria de las veces con personas viejas y cansadas de vivir?, ¿qué pasa con aquellos que están con sus abusodores día y noche?, ¿a nivel sexual, cuál va a ser el impacto de los adolecentes que en estos espacios se desarollan y descubren en el cuerpo del otro, el placer? Es fácil decir que nada de presencialidad, sin embargo se debe estudiar otro tipo de posibilidades.

 

Como dijo un amigo: “La educación a cuadritos”…

 

***

 

El mensaje ofical es ver al otro como enemigo. El cuerpo como objeto de angustia, no el propio, que mucho nos deprime; ahora el del otro nos atemoriza, la mayoría lo queremos lejos. Vemos en la distancia física una alivio. Para muchos no ha sido complejo, les luce la soledad y no requieren tanto contacto, ya tenían unas rutinas en le web: desde comprar sus articulos, hasta los oscuros deseos de su sexualidad, todo está allí, para algunos, al menos. Seremos modificados en relación a la intereacción con los diversos medios y estos a su vez condicionarán la hoja de ruta del furuto inmediato.

 

Cinco curiosidades del temor al otro:

 

  1. Según reporte de la página de porno PornHub para los meses de mayor aislamiento en occidente el consumo de pornografía subió hasta un 60%. Con este dato se fortalece la idea de hábitos sexuales cada vez más mediados por la pantalla. La ventaja es que por ese medio se minimiza el reisgo de quedar mal con alguien, afuera las excusas “es que te mueves muy rico”, “yo sé que en el nude se veía más grande”, “primera vez que me pasa, te lo juro” y otras más.

  2. En un informe de BBC cerca de 16 mil adultos mayores españoles murieron aislados en las residencias de ancianos. Es decir, la familia no pudo acudir o en muchos casos éstos no tenían quien los visitara. La sociedad del consumo relegó a las personas mayores llevándolas casi al punto de la incapacidad.  

  3. Sigamos con el tema de los ancianos, ellos son los que más se aferran a la fe, o al menos según estadísticas de la iglesia católica la media de sus fieles está por encima de 62. Todos se vieron en la necesidad de aprender a utilizar streaming si querían seguir a sus lideres religiosos. También los rituales de inhumación cambiaron. Muchos desde Zoom vieron arder el ataud de su ser querido. Ya ni el desprendimiento se pudo hacer cuerpo a cuerpo, volvió la pantalla a reinar.

  4. Paredes pintadas, la letra escarlata de regreso. En pleno siglo XXI los perseguidos fueron algunos miembros del sector salud, los llamados primera línea.  En muchos lugares les pedían que no habitaran más sus residencias, necesitaban lejos sus cuerpos, porque eran sinomino de contagio.

  5. Las conspiraciones se dispararon. Todos escuchamos alguna idea conspiparanóica: que las antenas 5 G, tanto que en algunos lugares las han destruido; que China, otros decían que USA, tal vez Rusia; escuché que los masones se decidieron a lograr un equilibiro, que el papa Francisco, miembro ilustre de esta secta, lo orquestó; otros afirman que no existe y que sólo está en los medios. Ya ustedes nutriran este listado, cada uno a escuchado y hasta por un momento creido o dudado de alguna teoría que reta a la razón. Pero en general una respuesta desde la fantasia parace más reconfortante.

 

***

 

Para cerrar, es necesario recordar que los que pensaron en un mundo más solidario, fallaron; aquellos que se atrevieron a ver un nuevo orden reinar, no lo ven llegar aún; los que por alguna razón esperarban ver millones de muertos en sus respectivos paises, tampoco lo han podido presenciar… y así cada uno con sus predicciones, las cuáles creo no son esperanzadoras. Lo digo porque no me reinvente, “un amigo lo hizo y quedó peor” (sabiduría popular de meme).

Este texto se terminó de escribir a finales de junio del 2020

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